Madrid, (Prensa Latina) Con el fichaje de expolíticos del Partido Popular (PP) y de militares afines a la dictadura (1939-1975), Vox va camino de convertirse en el primer partido de extrema derecha en ingresar al Parlamento español.
De cumplirse las predicciones de todas las encuestas, la agrupación creada en 2013 irrumpirá con fuerza en el Congreso de los Diputados tras las elecciones generales del 28 de abril, un escenario desconocido en cuatro décadas de democracia.
En diciembre último, la formación liderada por Santiago Abascal sacudió el tablero político de España -hasta entonces inmune a una corriente ideológica diseminada por casi toda Europa-, al conseguir 12 escaños en la cámara de Andalucía, la región más poblada de este país.
Según los sondeos, el partido ultraderechista debutaría en el Congreso de los Diputados con entre 20 y 40 bancas y podría ser decisivo, incluso, para constituir una mayoría de derecha junto al PP y el liberal Ciudadanos (Cs) en la Cámara Baja.
Afiliado al PP entre 1994 y 2013, Abascal (Bilbao, 1976) abandonó a los «populares», a los que ahora define como la «derechita cobarde», a raíz de los numerosos escándalos de corrupción en sus filas y por la actitud, a su juicio benevolente, hacia los reclamos secesionistas en el País Vasco y Cataluña.
Con esa hipotética representación en el Congreso -cámara legislativa encargada de investir al presidente del Gobierno-, Vox tendría la llave de un futuro ejecutivo PP-Cs, como ocurrió en Andalucía, donde avaló un pacto similar para sacar del poder al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Durante los últimos meses, esta organización nacionalista, xenófoba, antifeminista, eurófoba y contraria a la inmigración logró con su discurso marcar la agenda de conservadores y liberales, al escorarlos más a la derecha ante el temor de perder potenciales votantes.
En opinión de algunos analistas, la formación de Abascal aúna la frustración de los electores más radicales del PP, que consideran que la tradicional fuerza conservadora desatendió cuestiones como la secesión de Cataluña, el aborto, la recentralización de España y otros temas morales.
Apela a emociones y sentimientos que nunca desaparecieron en una sociedad donde, por ejemplo, todavía quedan muchos nostálgicos de la dictadura del general Francisco Franco.
No en vano para los venideros comicios legislativos incluyó en sus candidaturas a generales retirados defensores del régimen franquista, firmantes en julio de 2018 de un polémico manifiesto que reivindicó la figura del hombre que gobernó España con mano de hierro.
«Nos parecemos a (Donald) Trump en su guerra cultural con lo establecido, con lo políticamente correcto, con esa filosofía de que todo tiene que ser consensuado», declaró en entrevista concedida en febrero al diario El Mundo Rafael Bardají, ideólogo de Vox.
«Coincidimos en el América, primero. España y los españoles, primero», subrayó Bardají, también disidente del PP y antiguo colaborador del expresidente del Gobierno José María Aznar (1996-2004).
Abascal advirtió que independientemente de lo que ocurra en los venideros comicios, su partido ya ganó, porque puso encima de la mesa «todos los debates prohibidos».
«A partir del 28 de abril de estas cosas se hablará en el Congreso de los Diputados y ya no van a poder meter al genio en la lámpara otra vez, porque vamos a seguir defendiendo estas cosas, porque no vamos a bajar ni una sola de las banderas», enfatizó.
A juicio del actual jefe del Gobierno español, el socialdemócrata Pedro Sánchez, un posible triunfo de esas tres agrupaciones, a las que bautizó como «los tres temores», supondría la vuelta a la corrupción, los recortes sociales y la confrontación territorial.
Sin citar de manera explícita a Vox, el líder del PSOE recriminó al PP y a Cs que, en lugar de contrarrestar los argumentos de la extrema derecha, los abracen sin rubor.
Lamentó que conservadores y liberales permitan que un radicalismo ideológico, «que siempre estuvo ahí», encuentre hueco en las instituciones.
«La ultraderecha siempre ha existido en nuestro país, fuera o dentro del PP», enfatizó.
Sánchez avisó que los máximos dirigentes de esas formaciones Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Cs) y Abascal (Vox) son «los tres temores» que amenazan los derechos y libertades conseguidos por los españoles en cuatro décadas de democracia.
«El próximo 28 de abril la pregunta es sobre futuro o pasado. Esa es la cuestión», aseguró el mandatario, a quien los sondeos dan como favorito para hacerse con la victoria, aunque tendría que recurrir a pactos con otras fuerzas para poder gobernar.
Consultado sobre los militares propuestos por Vox como candidatos, el secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos, señaló que resulta evidente «toda la nostalgia franquista» de esa organización de extrema derecha.
«Es franquismo de verdad, un franquismo que han tenido el pudor de no reivindicar durante 40 años y, ahora que todo se olvida más, lo reivindican», enfatizó.
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